¿Qué es el mundo?

¿Qué es el mundo?

¿Qué es el mundo? Existen tantos mundos como seres en este planeta, y cada uno de ellos con un propósito diferente según su creador.

UCDM adjudica este principio a la primera ley del caos, en que la verdad que es diferente en cada persona, hace que cada una sea un ente separado, diferenciándolo de los demás y otorgando jerarquía a sus ilusiones.

Al establecer esta jerarquía para sí mismo le confiere realidad e importancia a sus ilusiones. Esta diferenciación hace que el ataque esté justificado, separa a los poseedores de cada una de las creencias y los convierte en enemigos.

De todos los mundos en este planeta, sólo uno de ellos es el real y es ahí donde se encuentran todas las percepciones de todos los seres, es allí donde renace un nuevo mundo, allí es el final de la percepción y también es el final del tiempo.

¿Crees realmente esto?

Negando el mundo que ves es la única manera de llegar a tener una visión diferente. Sólo se puede ver un mundo y depende de lo que creas. Al cambiar el pensamiento que tienes sobre él, no desaparecerá, sino que se transformará, cambiará la interpretación que tienes del mundo y con ello su propósito.

La percepción del mundo se transformará en conocimiento, la verdadera sabiduría que proviene de la nada, de la mente vacía, que no sabe nada, pero lo sabe todo.

El mundo que percibo es de mi propia creación, al ser producto de mi mente lo proyecto hacia el exterior, obteniendo el reflejo del mundo proyectado desde mi mente.

Sólo me puede devolver más de lo que yo mismo he creado, por ello, si veo un mundo de escasez, es exactamente eso todo lo que recibiré. Si proyecto mis creencias basadas en el pasado, crearé un futuro que será idéntico a lo que creo.

Todo aquello por lo que luche en este mundo, ya sea porque la considere buena o valiosa, me puede hacer daño y es probable que lo haga.

Todo el mundo que he creado no tiene el poder suficiente, el problema radica en que le he otorgado realidad, creo en ello y como consecuencia de esa creencia, ahora forma parte de mí.

Esta es una realidad inventada, que forma parte de mí, que creo que es real, y precisamente porque creo que es real, todos mis actos están dirigidos en base a ello.

La creencia que protejo, dio origen y dirige mi mundo, por ello es la base de la percepción de mi mundo, que dio lugar a las ilusiones enfermizas que proyecto y percibo.

La pieza fundamental dentro del mundo ilusorio es el cuerpo, es quien termina materializando esas proyecciones y por ende, haciendo creer que son reales.

Es la principal herramienta por la que los sueños se llevan a cabo. Sin el cuerpo no hay sueño, ni culpabilidad, ni miedo, ni muerte.

Creemos en el pecado, en el sacrificio, la enfermedad y en la muerte porque fuimos quienes, a través de este mecanismo le otorgamos realidad a estas ilusiones, de las que no podremos escapara hasta que no percibamos de otra manera.

Mientras continuemos viendo ilusiones o cuerpos culpables en nuestro hermano, continuaremos viendo miedo y nos mantendremos separados de la fuente.

Sé un testigo de su inocencia y no de su culpabilidad. El factor motivante de este mundo no es la voluntad de vivir, sino el deseo de morir. El único propósito que tiene es probar que la culpabilidad es real. UCDM C27 I 637

La liberación de culpabilidad de tu hermano les dará libertad a ambos, ya que él habrá sido liberado al no ser más culpable, y tu percepción sobre él habrá cambiado también.

La inocencia de tu hermano no implica tu culpabilidad y tu inocencia no está basada en sus pecados.

Esta liberación conlleva a la sanación, siendo el único propósito de este mundo, que al igual que la liberación, la sanación, es para ambos.

Así es como cambiamos la percepción del mundo, dejamos de ver pecado en nuestros hermanos para verlos santos y sin errores.

Al estar liberados de tu percepción, tu percepción cambia, en lugar de ver pecado ves seres amorosos, que son sólo el reflejo de ti mismo. Es la exteriorización de tu mundo interno.

Automáticamente cambiará el propósito de tu mundo, pasando de un mundo de violencia y muerte al mundo de perdón, aceptación y amor.

En un mundo posesivo, separado y de castigo, prima la escasez. En él, la salvación se obtiene a través de las necesidades y las posesiones. Soy lo que tengo.

Esta posesión no hace más que separarnos, ya que para que uno tenga el otro no debe tenerlo, u obtener algo en detrimento del otro. Siempre uno tiene que ganar y otro perder o tener menos. 

Este mundo separado de todo, es una invención nuestra, recordemos que cada uno tiene su propio mundo, que hemos ido modificando y adaptando a lo largo de nuestra vida.

¿Te gusta lo que has fabricado?

El mundo que estás viendo, refleja tu estado mental, es un juicio contra ti mismo, un juicio que tú mismo has hecho contra ti. Es el reflejo de tu pensamiento.

Los santos ven un mundo hermoso, porque sólo ven en él su propia inocencia.

Este mundo despiadado, puede ser cambiado y reinterpretado por el mundo real.

La responsabilidad que tenemos en nuestra vida es lo que nos liberará del mundo que percibimos.

Está en nuestras manos, pero no debemos tratar de cambiar al mundo, más bien debemos cambiar la mentalidad que tenemos acerca de él.

Las leyes que rigen el mundo que tú fabricaste no gobiernan nada ni necesitan violarse; sólo necesitan contemplarse y transcenderse.

El mundo que percibimos es el efecto, no la causa.

Dejo una pequeña definición del mundo que hace Un Curso de Milagros, que realmente me parece simple y maravillosa:

El sueño del mundo adopta innumerables formas porque el cuerpo intenta probar de muchas maneras que es autónomo y real. Se engalana a sí mismo con objetos que ha comprado con discos de metal o con tiras de papel moneda que el mundo considera reales y de gran valor. Trabaja para adquirirlos, haciendo cosas que no tienen sentido, y luego los despilfarra intercambiándolos por cosas que ni necesita ni quiere. Contrata a otros cuerpos para que lo protejan y para que coleccionen más cosas sin sentido que él pueda llamar suyas. Busca otros cuerpos especiales que puedan compartir su sueño. A veces sueña que es un conquistador de cuerpos más débiles que él. Pero en algunas fases del sueño, él es el esclavo de otros cuerpos que quieren hacerle sufrir y torturarlo.

Las aventuras del cuerpo, desde que nace hasta que muere, son el tema de todo sueño que el mundo jamás haya tenido. El “héroe” de este sueño jamás cambiará, ni su propósito tampoco. Y aunque el sueño en sí adopta muchas formas y parece presentar una gran variedad de lugares y situaciones en los que su “héroe” cree encontrarse, el sueño no tiene más que un propósito, el cual se enseña de muchas maneras. Ésta es la lección que trata de enseñar una y otra vez: que el cuerpo es causa y no efecto. Y que tú que eres su efecto, no puedes ser su causa.

De esta manera, tú no eres el soñador, sino el sueño. Y, por lo tanto, deambulas fútilmente entrando y saliendo de lugares y situaciones que él maquina…

……¿Cuán dispuesto estás a escaparte de los efectos de todos los sueños que el mundo jamás haya tenido? UCDM C27 VIII 659

En la segunda parte del libro de ejercicios no propone un tema central para un grupo de lecciones. En las lecciones 241 a 250 el tema es:

¿Qué es el mundo?

El mundo es una percepción falsa. Nació de un error, y no ha abandonado su fuente. Persistirá mientras se siga abrigando el pensamiento que le dio vida. Cuando el pensamiento de separación haya sido sustituido por uno de verdadero perdón, el mundo se verá de una manera completamente distinta; de una manera que conduce a la verdad en la que el mundo no puede sino desaparecer junto con todos sus errores. Ahora su fuente ha desaparecido, al igual que sus efectos.

El mundo se fabricó como un acto de agresión contra Dios. Es el símbolo del miedo. Mas ¿qué es el miedo sino la ausencia de amor? El mundo, por lo tanto, se fabricó con la intención de que fuese un lugar en el que Dios no pudiese entrar y en el que Su Hijo pudiese estar separado de Él. Esa fue la cuna de la percepción, pues el conocimiento no podría haber sido la causa de pensamientos tan descabellados. Más los ojos engañan, y los oídos oyen falsedades. Ahora es muy posible cometer errores porque se ha perdido la certeza.

Y para sustituirla nacieron los mecanismos de la ilusión, que ahora van en pos de lo que se les ha encomendado buscar. Su finalidad es servir el propósito para el que se fabricó el mundo, de modo que diese testimonio de él y lo hiciera real. Dichos mecanismos ven en sus ilusiones una sólida base donde existe la verdad y donde se mantiene aparte de las mentiras. No obstante, no informan más que de ilusiones, las cuales se mantienen separadas de la verdad.

Del mismo modo en que el propósito de la vista fue alejarte de la verdad, puede asimismo tener otro propósito. Todo sonido se convierte en la llamada de Dios, y Aquel a quien Dios designó como el Salvador del mundo puede conferirle a toda percepción un nuevo propósito. Sigue Su Luz, y verás el mundo tal como Él lo ve. Oye sólo Su Voz en todo lo que te habla. Y deja que Él te conceda la paz y la certeza que tú desechaste, pero que el Cielo salvaguardó para ti en Él.

No nos quedemos tranquilos hasta que el mundo se haya unido a nuestra nueva percepción. No nos demos por satisfechos hasta que el perdón sea total. Y no intentemos cambiar nuestra función. Tenemos que salvar al mundo. Pues nosotros que lo fabricamos tenemos que contemplarlo a través de los ojos de Cristo, de modo que aquello que se concibió para que muriese pueda ser restituido a la vida eterna.