¿Qué es la salvación?

¿Qué es la salvación?

Según el texto de Un Curso de Milagros la salvación es el re despertar de nuestras leyes naturales, primordiales de la mente, en contrapartida a las otras leyes que la mente promulgó para “reemplazar” lo que Dios creó.

Una mente dividida no puede ejercer su voluntad, que es el camino hacia la libertad y la salvación. La salvación implica siempre comunicación, es una lección en dar.

La salvación sólo se puede encontrar en el momento presente, en el “ahora”, nos dice, que es momento que más se aproxima, en este mundo a la eternidad de la que somos parte.

En el ahora no existe ni el pasado ni el futuro, no existen los juicios sobre lo pasado ni las proyecciones hacia el futuro, sólo en el instante santo, en el ahora, es donde podemos encontrar la salvación, que es el momento en que te liberas del tiempo.

Cuando te encuentras con un hermano, es un instante santo, y cada encuentro santo es una oportunidad para salvarse.

Recuerda que como lo consideres a él, así te considerarás a ti mismo. Como lo trates, así te tratarás a ti mismo. Tal como pienses de él, así pensarás de ti mismo.

Ten presente siempre esto:

En tus semejantes o bien te encuentras a ti mismo o bien te pierdes a ti mismo.

Si un hermano te hace una petición “descabellada”, hazla, es la única manera de reconocer lo que no importa. Al negarte, estarás demostrando que sí te importa y con ello justificando tu ataque o el de tu hermano. En el ataque o en la defensa se ratifica la creencia en el ego.

Uno mismo es quien determina si la petición es descabellada o no, y toda petición de un hermano es tu propia petición. Negarle su petición es negármelo a mí mismo, empobreciendo a los dos. Él está pidiendo la salvación, al igual que tú.

La enseñanza es la clave de la salvación, aprendes todo lo que enseñas y nunca dejamos de enseñar a nuestro hermano en el encuentro santo, o no santo, que depende del enfoque que le demos nosotros, si, sólo depende de nosotros.

A través de la enseñanza, enseñando que el encuentro es un instante santo, es como aprendemos la verdad que nos hará libres, y más libertad nos brindará a medida que los demás aprendan de ti.

UCDM repite mucho estas dos frases que me fascinan:

La única manera de tener paz es enseñando paz.

Enseña solamente amor, pues eso es lo que eres.

Pero, para poder enseñar, compartir y expandir una idea primero tienes que disponer de ella. Dicha idea despierta en tu mente mediante la convicción que nace de enseñarla. Aprendes todo lo que enseñas.

La salvación es posible si no confundimos el error con el pecado. Un error puede ser corregido, pero el pecado, de ser posible, sería irreversible.

El perdón no conlleva ninguna pérdida, sino todo lo contrario, el perdón es la liberación de ambos, por lo tanto su salvación.

En definitiva se observa que nuestro Ser no necesita la salvación, sólo la mente es quien necesita aprender lo que es la salvación.

La salvación es para la mente, y se alcanza por medio de la paz. La mente es lo único que se puede salvar, y sólo se puede salvar a través de la paz. El amor es la única respuesta. UCDM C12 III 245

Un curso de milagros nos dice:

¿Qué es la salvación?

La salvación es la promesa que Dios te hizo de que finalmente encontrarás el camino que conduce a Él.

Y Él no puede dejar de cumplirla. Garantiza que al tiempo le llegará su fin, al igual que a todos los pensamientos que se originaron en él. La Palabra de Dios se le concede a toda mente que cree tener pensamientos separados, a fin de reemplazar, esos pensamientos de conflicto con el Pensamiento de la paz.

El Pensamiento de la paz le fue dado al Hijo en el mismo instante en que su mente concibió el pensamiento de la guerra. Antes de eso no había necesidad de ese Pensamiento, pues la paz se había otorgado sin opuestos y simplemente era. Una mente dividida, no obstante, tiene necesidad de curación.

Y así, el Pensamiento que tiene el poder de subsanar la división pasó a formar parte de cada fragmento de la mente que seguía siendo una, pero no reconocía su unidad. Al no conocerse a sí misma, pensó que había perdido su Identidad.

La salvación es un des-hacer en el sentido de que no hace nada, al no apoyar el mundo de sueños y de malicia. De esta manera, las ilusiones desaparecen. Al no prestarles apoyo, deja que simplemente se conviertan en polvo. Y lo que ocultaban queda ahora revelado: un altar al santo Nombre de Dios donde Su

Palabra está escrita, con las ofrendas de tu perdón depositadas ante él, y tras ellas, no mucho más allá, el recuerdo de Dios.

Acudamos diariamente a este santo lugar y pasemos un rato juntos. Ahí compartimos nuestro sueño final. Es éste un sueño en el que no hay pesares, pues contiene un atisbo de toda la gloria que Dios nos ha dado. En él se ve brotar la hierba, los árboles florecer y los pájaros hacer sus nidos en su ramaje. La tierra nace de nuevo desde una nueva perspectiva. La noche ya pasó, y ahora nos hemos unido en la luz.

Desde ahí le extendemos la salvación al mundo, pues ahí fue donde la recibimos. El himno que llenos de júbilo entonamos le proclama al mundo que la libertad ha retornado, que al tiempo casi le ha llegado su fin y que el Hijo de Dios tan sólo tiene que esperar un instante antes de que su Padre sea recordado, los sueños hayan terminado, la eternidad haya disuelto al mundo con su luz y el Cielo sea lo único que exista.