Un futuro diferente

Un futuro diferente

Si queremos tener un futuro diferente a nuestro pasado debemos empezar a cambiar los parámetros de los pensamientos, así cambiaremos la visión final del futuro.

Siempre se repiten los mismos errores, porque nuestra manera de ver las cosas es la misma, aunque con matices diferentes, pero en su estructura continúa siendo la misma.

Cuando veo una situación y perturba mis emociones es una señal que nos comunica que mi perspectiva sobre dicha situación está en conflicto con mis creencias, o mi mente inconsciente.

Esta idea está basada y sustentada en mis ídolos, pero…

¿Que son esos ídolos?

Mis ídolos son todos los patrones con los que rijo mi vida, que fui forjando a lo largo de los años y principalmente en la niñez.

Tenemos miles de patrones, algunos de fácil acceso y otros muy ocultos esperando la ocasión para saltar. Uno a uno los fuimos preestableciendo para cada situación vivida.

Nuestro software está formado por miles de patrones muy bien guardados en nuestro disco duro, esperando su situación para salir y expresarse.

La experiencia va programando el software y preestableciendo preconceptos a cada situación experimentada y reaccionará de acuerdo a los datos almacenados o lo que es lo mismo, a la experiencia vivida.

Algunos de estos patrones son cotidianos, otros más esporádicos y otros permanecerán ocultos quizás hasta no aparezcan en esta encarnación, pero quedarán latentes hasta que se dé la situación idónea para que aparezcan. Esto lo describió y lo estudió muy bien C. Jung.

Los patrones que me limitan

Ante esta situación es fácil relacionar estos patrones con situaciones incómodas o lo que nosotros consideramos malas, pero también estamos abarrotados de patrones buenos, aquellos que reaccionamos con entusiasmo y alegría y nos produce placer y paz actuar.

En estos últimos, es evidente que no debo cambiar mi pensamiento o reacción sobre ellos.

Todos esos que me producen un cierto malestar los tendremos que vigilar, para reconocer cual es la situación que nos incomoda y actuar.

En la experiencia que me perturba y altera mis emociones es donde debo actuar rápidamente, cambiar mi percepción sobre ella para no volver a repetir la experiencia.

Se presentará una y otra vez hasta que cambiemos de parecer, aceptemos la situación como nos llega y practiquemos el perdón verdadero.

Este cambio sana tanto mi mente superficial como la mente profunda, donde se acumulan las experiencias más traumáticas, escondidas allí para no tenerlas presente.

La conexión directa con la Fuente y nuestro permanente deseo interior de regresar a casa, hace que vivamos esas experiencias hasta que las perdonemos, de esta manera quedan sanadas tanto en nuestra conciencia como en nuestra mente subconsciente. Esta es la verdadera sanación.

¿Porque debo cambiar mi percepción?

En primer lugar nuestros pensamientos son los que debemos redirigir hacia el otro camino y para ello, se presenta como un medio para aprender de ello.

La experiencia en que elegí el camino equivocado se presentará repetidamente hasta que hagas la elección correcta.

UCDM dice, esto es una cuestión de tiempo. El tiempo forma parte de las ilusiones, de la mente dividida.

Al lugar al que todos nos dirigimos, nuestro hogar, el “tiempo” no existe porque es una ilusión.

Para llegar allí debemos experimentar en el mundo en el que creemos, el mundo material, el mundo de la forma, por lo tanto nuestra manera de aprender y trascender el nivel de la forma es aprendiendo en él para dejar de creer en él.

Perdonar lo experimentado es la clave para continuar en el camino que nos lleva a casa. Es allí donde el mundo de las formas desaparece.

Es decir, al creer en este mundo de separación, nuestras vivencias de aprendizaje pasan por allí, por lo que creemos, al vivirlo, experimentarlo y finalmente perdonarlo lo trasciendo.

La ley de atracción

En determinadas situaciones se puede decir que somos nosotros mismos quienes a través del pensamiento constante sobre esa situación, ya sea negativo o positivo, quienes atraemos ello para vivirlo.

Podemos decir que existe una cierta sabiduría interna que nos atrae a esa situación para aceptarla y finalmente desaparezca de nosotros.

Aquí, aunque es una situación más genérica, podemos decir que estamos ante la ley de atracción. A través del pensamiento constante lo atraigo.

Nuestra mente no sabe de pensamientos negativos o positivos, ella da lo que nosotros pedimos.

Una y otra vez leemos en UCDM, que no resolvamos situaciones por medio de nuestro pensamiento, aconseja claramente hazte a un lado y pide la ayuda del Espíritu Santo para que resuelva esa situación de la forma que más te conviene para tu estado mental en ese momento preciso.

Un ejemplo simple de negación ante una situación que no queremos vivir es “no quiero ser pobre”, esto atraerá pobreza, la interpretación negativa la analiza la mente dividida que está programada así.

Los pensamientos y los ídolos

Todos estos pensamientos y relaciones se basan en ídolos, está por demás aclarar que el ídolo en el ejemplo anterior es el dinero.

Todo nuestro sistema de pensamiento está basado en ídolos, todos tienen un ídolo detrás al que buscamos adorar, respetar y deseamos una relación continua.

Esta idolatría, de alguna manera, es inventada y aceptada por nosotros, también existen otras que nos han sido impuestas como la religión, el dinero, las leyes, las relaciones, etc.

Muchas de ellas llevan impuestas desde hace tiempo, y las aceptamos sin siquiera saber en lo más mínimo sus principios y las bases con las que fueron fabricadas. Muchas son heredadas que no se adaptan a la vida actual.

Un claro ejemplo de ello es la guerra. Si preguntáramos a toda la población mundial, estoy seguro que obtendríamos un porcentaje muy alto (más del 90%) de su negativa a las guerras.

Según se dice vivimos en democracia y es el pueblo quien elige a sus gobernantes. Así y todo continuamos teniendo y generando guerras.

Este es un ídolo impuesto para generar miedo por nuestra seguridad, “llevaremos la guerra al otro lado del mundo para que estemos más seguro”¿?

Está claro que detrás de este ídolo hay muchos otros intereses ocultos o ya no tanto.

¿A quién debo temer?

Consideremos también, que existen países que son gobernados por políticos que obtuvieron el 30-40% de los votos de la población, gobiernan por pactos entre partidos políticos, muy lejos de los deseos del pueblo.

Considero que hasta una “mente racional y bien educada” le resulta complicado comprender estas situaciones si se analizan profundamente.

Continuamos en nuestra zona de confort esperando que las cosas cambien, que lo cambien nuestros ídolos, para continuar allí, mientras ellos se ocupan de mi seguridad y de mi vida.

El trabajo es otro ídolo interesante, al que le han fabricado una relación directa con el ídolo dinero. El inconsciente colectivo de hoy nos dice que si no trabajamos no tenemos dinero y no nos podremos mantener.

Considero que el sustento no está relacionado ni con el dinero ni con el trabajo.

Si fuese verdad que la cantidad de horas trabajadas tiene relación directa con el dinero y la riqueza que genera, el 98% de la población mundial sería rica, ya que esta es la que más trabaja, pero la ecuación es exactamente al revés.

Sólo el 2% de la población tiene riqueza y casualmente es la que menos horas trabaja.

No existe relación entre el esfuerzo físico o mental en el trabajo con el sustento.

Con lo cual el trabajo es un ídolo que no nos da lo que “creemos” que nos da.

No estoy diciendo de no trabajar, pero si estoy diciendo de no trabajar en lo que no nos gusta, en lo que no es de vocación o trabajar sólo por dinero.

Convengamos que el sistema está orientado para esto, con una infinidad de ídolos impuestos para que le rindamos culto a su manera, la religión, el trabajo, el dinero, los bancos, la política, los deportes, el tiempo, etc.…..

Pero, un momento!!!

¿Quién se cree estos ídolos, los acepta y les rinde culto?

Somos nosotros.

No somos capaces de pensar fuera de ellos y cuando lo hacemos, al instante nos invade una sensación de culpabilidad, emociones que nos mantienen arraigado a esas experiencias.

Está claro que es una experiencia de aprendizaje y cometemos errores, no pecados, elegimos el camino equivocado o dejamos que elijan por nosotros.

La elección incorrecta es nuestra, es por ello que se nos presenta una y otra vez la misma situación para que elijamos el camino correcto.

Además de las elecciones cotidianas las experiencias van cambiando y hasta los ídolos cambian.

Todo cambia

Todo cambia, mis situaciones de la infancia no son las mismas que las de la juventud o de la adultez, pero una cosa es aceptar a regañadientes y otra es aceptar y perdonar desde el corazón el cambio, esto alivianará el camino y sabrás que el camino recorrido fue desde el corazón.

El perdón de cada situación nos llevará a cambiar permanentemente de creencias, pero disfrutando el momento experimentado sin culpabilidad.

Aceptar la vejez por rendición no es la aceptación verdadera, completa y plena. La aceptación de cada etapa de la vida te hace vivir cada momento con plenitud, lo que conduce a la felicidad y por ende al desarrollo del ser.

Siempre estamos bajo una creencia, bajo un pensamiento, incluido este texto, que forma parte del mundo ilusorio creado en separación, y siempre, mientras continuemos aquí en este mundo material, tendremos una creencia detrás, pero con un ídolo diferente.

Mientras continuemos creyendo en ilusiones, aunque sea en una de ellas, será suficiente para mantenernos separados de la Fuente.

El retorno a casa

Para retornar a casa debemos ser impecables, es decir, libre de pecado, sin pensamientos duales, sin ilusiones y con una mente abierta a disposición del Ser.  

Es hora de cambiar esos patrones, pero no debemos esperar que lo hagan los ídolos, es un trabajo personal.

El trabajo comienza dentro, pero no dentro de nuestro cuerpo, es dentro de nuestra mente, donde se genera el pensamiento que luego se expandirá hacia nuestro entorno cercano y posteriormente se expande a nivel global.

La verdad no cambia, es inalterable. Es allí en unión con la Fuente en donde las ilusiones desaparecen por su inconsistencia con las que fueron fabricadas.

Cuando despertamos, nos damos cuenta que todos somos parte de un todo y como parte del todo somos todos lo mismo, somos todos uno con la Fuente.