Geometría Sagrada

La geometría sagrada es el lenguaje del universo, donde cada forma revela la armonía del cosmos.

Geometría Sagrada

La geometría sagrada ha sido utilizada desde la antigüedad como una herramienta para acceder al conocimiento universal y comprender la esencia de todo lo que existe, incluido el ser humano.

A través de sus formas y proporciones, esta disciplina ha servido como un puente entre lo físico y lo espiritual, proporcionando una guía para la creación, la armonía y la conexión con lo trascendental.

Podemos observar su presencia en las construcciones de civilizaciones antiguas como los egipcios, los mayas, los griegos y muchas otras culturas que diseñaron sus edificaciones basándose en proporciones geométricas precisas.

Estas civilizaciones no solo empleaban la geometría con fines estéticos o estructurales, sino también como un medio para alinearse con las energías del cosmos.

Se han descubierto innumerables pirámides en todos los continentes, y su forma no es una coincidencia.

Estas estructuras obedecen a principios geométricos y matemáticos que servían como herramientas de ofrenda, conexión y acceso a un conocimiento que trasciende lo perceptible.

Las leyes geométricas, las proporciones y los símbolos no solo estructuran el entorno en el que vivimos, sino que también funcionan como herramientas de introspección, meditación y sanación.

Todo en el universo, desde las partículas subatómicas hasta las galaxias, sigue patrones geométricos precisos.

Estas formas y relaciones numéricas contienen los secretos y la esencia de la creación, proporcionando un puente hacia la comprensión profunda de la existencia.

Todo en el cosmos es vibración, y la geometría también lo es. Sus patrones resuenan en la naturaleza y en nuestro propio ser, formando parte del Todo sin llegar a definirlo por completo.

Como tal, también está en nosotros y nos ayuda a conectar con nuestra esencia, facilitando la apertura de nuestros canales de conexión con la Fuente.

“Somos mucho más de lo que creemos ser”; la limitación es solo una creencia personal que cada uno elige sostener.

Somos parte del universo y, como tal, estamos formados según los principios geométricos que rigen el cosmos.

Nuestro subconsciente reconoce intuitivamente estas formas, y ese reconocimiento impacta en nuestro sistema emocional, ajustando incluso el comportamiento de nuestras células.

La geometría sagrada está presente en todos los niveles de la existencia, desde las estructuras microscópicas de la vida hasta los patrones del macrocosmos.

Desde las partículas subatómicas como los quarks, pasando por toda la vida en la Tierra, hasta las grandes obras arquitectónicas y el movimiento de las galaxias, encontramos patrones matemáticos recurrentes.

En arquitectura, figuras como Vitruvio, Leonardo da Vinci, León Battista Alberti y, más recientemente, Le Corbusier, han explorado la relación entre las proporciones humanas y su entorno.

Esta búsqueda, basada en la antropometría, ha demostrado que existe una armonía natural entre el cuerpo humano y el espacio que habita, regida por principios como el número áureo y la secuencia de Fibonacci.

Entre las formas más simples de la geometría sagrada encontramos el círculo y la esfera, que simbolizan la totalidad y la unidad.

Sin embargo, también existen estructuras más complejas, como el tetraedro, el hexaedro, el octaedro y el dodecaedro, cada una con su propio significado y energía.

Estas figuras están presentes en la naturaleza y en la disposición de los elementos que conforman la realidad física.

La geometría sagrada es, en esencia, un lenguaje universal que nos conecta con la estructura misma de la realidad, permitiéndonos comprender y armonizar nuestra existencia con el Todo.

Al estudiar y aplicar sus principios, podemos no solo admirar su belleza, sino también integrar su sabiduría en nuestra vida diaria, fomentando un mayor equilibrio y conexión con el cosmos.

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